Santa Teresa de Fray Juan de la Miseria.

El retrato de Santa Teresa de Jesús fue pintado por su contemporáneo Fray Juan de la Miseria en 1576, siendo en este tiempo cuando la Santa estuvo en Sevilla para fundar un convento, retrato que tiene más valor histórico que artístico, el cual se encuentra en el convento de San Jose, conocido popularmente como Las Teresas.

Cuenta la historia o la leyenda, que no le gustó mucho a la Santa el resultado de la pintura, expresando con su lenguaje espontáneo, que "la había pintado fea y legañosa". Como vemos, no por ser Santa se tiene que dejar de ser presumida, cosa que más de uno pondría el grito en el cielo. 

Este cuadro representa a Santa Teresa de Jesús de medio cuerpo, con el hábito y capa del Carmelo y en la parte superior izquierda un rompiente de luz, desde el que la  ilumina el Espíritu Santo, con una leyenda que rodea su cabeza, estando escrita la frase del salmo 88: Misericordias Domini in Eternum Cantabo.

Vista de Sevilla de Sánchez Coello.


Gran obra de finales del siglo XVI, atribuida al pintor Sánchez Coello, que expone una maravillosa vista de la bella Sevilla, encontrándose este óleo en el Museo de América de Madrid.

 Sevilla fue desde comienzos del siglo XVI y hasta principios del XVIII, el centro de comercio que unía el Viejo Continente con el Nuevo Mundo. Donde se guardaban los metales preciosos que se traían de America en la Torre del Oro y Torre de la Plata, siendo su puerto testigo de las nuevas rutas comerciales trazadas con el continente americano.

Óleo de Sachez Coello.

La Madrugá.


La que está liando el Muy Desaconsejado Consejo con el tema de la Madrugá, que si por aquí si y por aquí no. Esto me suena a cotilleos de vecinos, que alimentan aún más a estos señores sin espinas ni potencias para seguir en sus cargos, que no sueltan ni con fuego. 

El que arreglaría esto sería un Cardenal como Ilundáin, con dos cojones y que dijera, por aquí se sigue o por aquí se sigue, porque sino esto no lo soluciona ni Dios en Sevilla.

La Virgen de Covadonga en el palio de la Vera-Cruz.


Lleva la Virgen de las Tristezas en el frontal de su palio a la imagen de la Virgen de Covadonga, conocida en tierras asturianas, como la "Santiña".

 Esta la imagen en el palio por ser un regalo de don Fernando Fernández Gutiérrez y García del Busto, Hermano Mayor de la Cofradía, que nació en Sevilla pero tenía familia en Asturias, por eso su devoción a esta Virgen, para llevar las dos tierras que guardaba en su corazón siempre.

El hisopo de San Marta.


Lleva en su mano Santa Marta un hisopo, instrumento que junto a la Santa, cuenta una leyenda de origen europeo, que había un dragón por los alrededores de Aviñón, Francia, que no paraba de matar y destrozar todo lo que se encontraba en su camino. Tras muchos ruegos de los lugareños, Santa Marta decidió enfrentarse con la bestia, y cuando se encontraron, la Santa roció al dragón con agua bendita de su hisopo, y enseñándole la Cruz quedó el animal calmado y noble como un cordero, por lo que aprovechó amarrándolo y sacó del bosque, donde los lugareños le dieron su merecido hasta terminar con él. 

Con un hisopo igual que el de la Santa, habría que ir a más de un cerdo político para que se quedaran como corderos y no como  zorros.

Los Seises y el Señor de la Redención.


Fue durante los años de 1983 y 1984, cuando se celebró en Sevilla el Año Santo de la Redención, por este motivo los cofrades de la Hermandad, tuvieron el gran privilegio de llevar en andas a la Catedral la imagen del Señor Titular, para que presidirá los actos de clausura.

 En el acto se dio un hecho curioso, los Seises bailaron ante la imagen del Señor de Castillo Lastrucci, siendo la primera vez que lo hacían ante un Cristo de la Semana Santa. Preciosa estampa que muchos recordarán como si hubiese sido ayer, ese ayer que se fue. Pero que quedó escrito en la gran historia de las Cofradías de Sevilla.