El Ayuntamiento de Sevilla en sus inicios.


Como es sabido, el Cabildo de la Ciudad tras la conquista de Sevilla por Fernando III no tuvo un lugar acorde para celebrar sus reuniones.

Los Cabildos entonces se celebraban en diferentes sitios como en el Convento de San Francisco, Catedral o Alcázar. Fue en el siglo XIV, cuando se logró unos locales en el Corral de los Olmos, el cual pertenecía al Cabildo Catedral situado en la Plaza de la de la Virgen de los Reyes, donde empieza a instalarse, Corral que fue derribado a finales del siglo XVIII, y por la grandeza de la Ciudad en el siglo XVI, fue cuando se pensó en una sede acorde para albergar los cabildos de los señores veinticuatro, que así eran llamados los munícipes (hoy mejor me callo).

Cuando se casó en 1526 Carlos V en Sevilla con doña Isabel de Portugal, año antes de comenzarse el nuevo edificio, se cree que hasta el propio Rey sugirió la idea de un nuevo edificio a los munícipes.

La nueva sede del Cabildo se colocó en el centro de la ciudad, en la Plaza de San Francisco, comenzando las obras del edificio Consistorial en 1527. Su diseño es de Diego de Riaño, quién dirigió las obras hasta su muerte en 1534, arquitecto que dejo su impronta en Sevilla con su obra en la Sacristía de los Cálices y en la Capilla de los Alabastro de la Catedral sevillana, sucediéndole su aparejador Juan Sánchez hasta 1541.  El edificio no quedó concluido hasta el 22 de Agosto de 1564, teniendo en cuenta que el Ayuntamiento paso del Corral de los Olmos a su nueva Casa Consistorial en 1533.

La fachada actual del Ayuntamiento es obra del arquitecto Balbino Marrón en 1861, y la ampliación del mismo hacia la zona norte de Demetrio de los Ríos. Destacando la parte trasera que da a la Plaza de San Francisco del conocido arquitecto  Diego de Riaño, de estilo plateresco.


Parte trasera y fechada del Ayuntamiento de Sevilla.


Única.

Que si, que si, que ya lo sé. Que hay marchas muy buenas e incluso para algunos muchísimo mejor. Pero como esta, ninguna compuesta para una CORONACIÓN con mayúsculas.

El Paso de Nuestro Padre Jesús del Silencio.


Magníficas andas posee Nuestro Padre Jesús del Silencio de la Hermandad de la Amargura, que miden 2,30 x 5,40, todo un barcos de los de verdad que todos los Domingo de Ramos engrandecen a Sevilla.

Estas anda son de estilo rococó recordando a las antiguas de 1919, que se perdieron en 1936, estando su bellísimo canasto inspirado en la peana de plata de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, del siglo XVIII de la Hermandad del Gran Poder. Un canasto con líneas sinuosas, bombo y perfiles, iluminado por candelabros de guardabrisas y respiraderos de igual diseño por Juan Luis Rodríguez.

Las cartelas de las andas representan a la Entrada en Jerusalén, Oración en el Huerto, Columna y Azotes, Coronación de Espinas, Sentencia, Calle de la Amargura, la Piedad y  Santo Entierro, siendo estos relieves de Francisco Posada y su policromía de Blas Rodríguez con dorado de Francisco Ruiz Rodríguez en 1938. El llamador del pasó representa un delfín de 1919, siendo lo único que pudo salvarse de las antiguas andas. Un Misterio, que por su composición y a la vez perfección es uno de los más esperados por toda Sevilla en su Semana Santa.

Foto ABC.


Una ración de imbéciles.


La imbécil o imbécil no entiende de casi nada, solo de dar por culo.