Imbéciles.


Y seguimos con los imbéciles. Mientras no lo apartemos de nuestras vidas, así nos irá.

La libertad de uno.


Siempre hablaron regular de mi por no decir que mal. Pero me importó muy poco, porque siempre aunque acompañado estuviera solo me encontré muchas veces en la noche.

Hablar mal de alguien no cuesta trabajo porque es gratis, hablar bien cuesta trabajo y dinero. Pues es señal que uno ha recorrido mundo y ha gastado pesetas y luego leuros no euros.

Esto va por aquellos que son criticados y odiados por solo intentar vivir libre, libre de ataduras y casi volando como un pájaro en libertad. Una libertad cada vez más sujeta y prisionera a una sociedad que hace de cárcel .

Entre quedar.


Entre quedar con media o una docena de imbéciles, prefiero tomarme seis o doce cervezas con unas pavías en la Alfalfa.

Defender algo.


Defender algo y querer que los demás hagan lo mismo simplemente es de imbécil.

Curiosidades sevillanas. El puente de Triana .


El conocido y popularmente llamando Puente de Triana, se llama oficialmente Puente  de Isabel II, puente que fue construido bajo el reinado de la Reina, entre 1845 y 1852.

 Fueron los ingenieros encargados de su construcción Bernadet y Steinacher, los que se inspiraron o copiaron del puente que en esa época todavía existía en París, el Puente del Carrousel.

El Puente del Carrousel fue construido en 1834 sobre el río Sena en París, cerca del hoy maravilloso y único Museo del Louvre, siendo prácticamente igual al de Triana sin existir hoy en la capital francesa. Dos puentes podríamos decir gemelos y con mucha historia, que hasta el mismo Vincent Van Gogh pinto en su estilo impresionista al de París, como hoy y antes también grandes artistas de la pintura lo hicieron con el de Triana.

En la primera foto vemos el Puente del Carrousel de París y en la segunda el inconfundible Puente de Triana, que oficialmente fue inaugurado el 23 de Febrero de 1852 y que  parece que fue puesto para que las maravillosas Cofradías de Triana pasarán por él.



Curiosidades sevillanas. La Procesión de Adonis.


Fue costumbre en Sevilla de sacar una procesión a Adonis y Venus, llegar al río Betis, hoy Guadalquivir y arrojar a las aguas cestos de laureles, rosas y anémonas (entonces todavía no existía la Campana ni  su famosa entrada de las Cofradías luciéndose como si de la Pasarela Cibeles se tratase).

También fue conocida esta fiesta en honor a Adonis cómo las Adonias, que se celebraban en varias ciudades con diferentes ritos pero casi todas parecidas: pasando el luto por la muerte del Dios y su descenso a los infiernos y a la alegría por su resurrección.

Desembocaba el río Adonis en Biblos, y cuando se volvían sus aguas rojas por las arenas del Líbano eran tenidas por la sangre de Dios. Fenómeno que cuando ocurría, las mujeres se daban golpes de pecho y exclamaban: " Ha muerto Adonis; llorémosle".