Océano Pacífico.


El Océano Pacífico.

Y muchos dirán, que quiere este con el Pacífico. Pues yo nada en particular, simplemente, que el nombre se lo dio el explorador portugués al servicio de España Fernando de Magallanes  (1480-1521), quien sorprendido por la calma de sus aguas le puso <<Pacífico>> (eso porque por él no pasó ningún político como  los que tenemos hoy, sino le hubiera puesto "Océano Corrupto"), siendo el primer europeo en verlo el español Vasco Nuñez de Balboa en 1513, (no confundir con Rocky Balboa).

El que no lleva una Cruz.

El que en la vida no lleva una Cruz, es que en ella no está.

Alonso de Ojeda.


Alonso de Ojeda fue todo un personaje. A la edad tan solo de quince años se subió a la Giralda, donde estaban haciendo obras y por una viga que sobresalía de la Torre salió valiente a su exterior haciendo equilibrio, y para llamar la atención del público que salía de la misa en la Catedral tiro una de las naranjas que llevaba. Fue cuando los Reyes y su comitiva se dieron cuenta y quedaron sorprendidos al ver a Alonso de Ojeda, el que con otras naranjas que llevaba empezó a tirarla por el aire y cogerla manteniendo su equilibrio, (ese que si se hubiera tomado unas cuántas cervezas, el carajazo que hubiera metido no digo ná).

 Cuando terminó Alonso de Ojeda su particular número bajó y al momento fue cogido por los guardias y llevado a Isabel, diciéndole que había montado aquello para que se fijara en su valor y le hiciesen merced de una plaza en el ejército (igual que hoy por los cojones), que no temía a ningún enemigo igual que no temía a una mortal caída desde la Giralda, por lo que le dio la Reina una banda de Alférez a pesar de su juventud.

Alonso de Ojeda respetó sus palabras y estuvo en la campaña de Granada, como también en algunos viajes con Colón, quien al finalizar murió muy pobre y anciano en un convento franciscano, donde terminó así sus días este valiente caballero.

Foto de Rafael Arcángel.

Y le dijo un Imbécil al bohemio.


Y le dijo un Imbécil al bohemio ¿tu no piensas en tu futuro? Contestándole el bohemio, no hijo, para eso están los videntes.

Gafas.


Y dijo el bohemio: Para que quiero gafas para ver al lejos, si lo que tengo cerca ni quiero verlo.