Las Cofradías ante de su salida.


Las Cofradías cuando salen a la calle, tienen sus más y sus menos, lo que no es normal, que desde dentro minutos antes de la salida ya la monten.

Que no.


Que no, que no me dan ya miedo los muertos ni mi Canina. Que no, que no me dan ya miedo, lo que me paraliza y pánico me dan son ustedes, los vivos.

Desilusión de Cofradías.


Por día que pasa más desilusionado con la satánica postura de muchas Cofradías. Por día que pasa más.

El dorador Manuel Calvo Camacho .


Nació este gran dolador el 15-12-1921 en Sevilla y falleció a los 88 años de edad, quien fue discípulo de Francisco Ruiz en su taller. 

Fue en 1961, cuando se independizó y realizó bastantes obras para las Cofradías sevillanas como: el misterio de Jesús de las Penas de Triana, el misterio de San Roque, el misterio de la Hermandad del Valle, el misterio de la Lanzada, el misterio de la Sentencia y algunos más.

Manuel Calvo Camacho fue la tercera generación en el arte del dorado, que tenía  su taller en el Polígono Industrial de San Jerónimo y trabajaba junto a su hijo  Manuel Calvo Carmona. Un artista de los de antaño, de los que la Ciudad de Sevilla puede sentirse orgullosa.

Rubias.


Y dijo el bohemio: Rubias, las  veo tela pero el 98% más teñida que una foto de peluquería.

Tormenta.


Y dijo el bohemio: Una tormenta, la que cuando entra en una Cofradía no se va en un día, ni dos ni tres.

Animal.


Y dijo el bohemio: Animal, monstruo de dos patas y no de cuatro, más malo que sus muertos y hasta le habla de Dios.

Abajo.


Y dijo el bohemio: Abajo, donde están muchos buenos por usted  que siempre  tiene en la boca a Dios.

Asunto.


Y dijo el bohemio: Un asunto, lo que siempre tienen pendiente todas las Juntas de Gobiernos en una Cofradía.

El apellido.


Y dijo el bohemio: El apellido, lo que muchos caraduras tienen, que no pagan ni en su Hermanad, pero no pasa nada.

El dinero.


En esta vida todo se mueve por el dinero, ese que hasta en los sentimientos entra con una guadaña imponiéndose antes que lo principal. El dinero, don dinero, ese que aunque usted no se lo crea, todavía seguirá imponiéndose  en sus sentimientos.

No soy hermano.


No soy hermano de ninguna Cofradía, pero si un amante de todas.