El Bautismo de Cristo de Murillo de la Catedral de Sevilla.



El Bautismo de Cristo se encuentra en la Capilla del Bautismo de la majestuosa Catedral sevillana, también conocida por la de San Antonio, obra genial del pintor de Sevilla Bartolomé Esteban Murillo. Pintura que fue encargada por el Cabildo a finales de 1667 y terminada en 1668.

Se representa en la soberbia pintura a Jesús en el momento de ser bautizado por Juan a orillas del Jordan, donde se abre el cielo y desciende el Espíritu Santo. El centro de la pintura lo ocupa la figura principal de Cristo con la paloma del Espíritu Santo arrodillado con las manos sobre su pecho para recibir el agua con que  lo bautiza Juan el Bautista, que se muestra de pie y portando el lábaro con la filacteria "ECCE AGNVS".

A la izquierda de todo el sublime conjunto sobrevuelan dos bellísimos Ángeles, los que sostienen la túnica de Cristo. Un cuadro con una calidad excepcional, de Museo sin duda alguna, no pudiéndose contemplar al cien por cien por la altura a la que se encuentra. Podríamos decir de esta obra, que nos encontramos ante una de las más lograda del genial pintor de las Inmaculadas.

El Niño Jesús de Murillo del Hospital de la Caridad.



Sevilla no sólo tiene un Museo, pues siempre digo que sólo hay que darse una vuelta por esta bella ciudad para darse uno cuenta que son varios Museos los que nos podemos encontrar, como la Iglesia del Hospital de la Caridad, la que se puede comparar con un Museo por las obras que en ella se encuentran.

Una magnífica pintura del Niño Jesús se puede ver en la Iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad, la cual se encuentra en la parte superior del retablo de la Virgen de la Caridad, obra del afamado retablista Bernardo Simón de Pineda. Un Niño Jesús con una gran ternura y delicadeza, la que nadie como el pintor sevillano supo mejor plasmar.

La pintura está fechada hacia el año de 1671, donde vemos representado a un Niño Jesús de pie sobre una nube rodeada de cabezas de ángeles, cubierto por un paño rojo y con la mirada hacia el cielo, de donde le viene una luz que lo ilumina. Apoyando una mano sobre la bola del mundo rematada por una Cruz, mientras que con la otra aparece en actitud de bendecir. Un cuadro digno de cualquier Museo.

La Ermita de San Juan Bautista de Coria del Río.




La Ermita de San Juan Bautista, es conocida también como la del Cerro por encontrarse en lo alto del mismo, la cual se encuentra en Coria del Río ( Sevilla). Una edificación del siglo XV de estilo mudéjar y realizada entre 1474 y 1500 en tiempos de los Reyes Católicos, la que está compuesta por una sola nave dividida en cinco tramos por arcos transversales apuntados sobre pilares adosados a los muros de sus laterales.

Vemos en el muro de la epístola una portada ojival de ladrillo limpio, siendo la espadaña del siglo XVIII. El retablo mayor, obra relacionada con Cristóbal de Guadix está presidido por la imagen del Cristo de la Vera Cruz , obra anónima de 1500, un retablo que se compone de un solo cuerpo entre columnas salomónica, destacando unos azulejos de los siglos XV y XVII en el presbiterio.

Hay que destacar también de dicha Ermita los retablos laterales de estilo barroco, en los que podemos ver las imágenes de la Virgen de la Concepción de Rafael Barbero en 1953, o el San Juan Bautista de Fernández Castejón en 1997. Decir que esta Ermita, es hoy sede de la Antigua Hermandad de la Vera Cruz, fundada hacia 1500.

Rodrigo de Bastidas.



Nació el Conquistador Rodrigo de Bastidas en Sevilla en 1445 y falleció en Cuba el 28 de Julio de 1527, vecino de Triana y notario, quien participó en el segundo viaje de Cristóbal Colón  en 1493. Este personaje sevillano y muy desconocido y hasta olvidado por muchos, zarpó en una expedición de la bella Cádiz hacia el nuevo mundo en Octubre de 1501, con el navegante Vasco Núñez de Balboa y el cartógrafo Juan de la Cosa.

Rodrigo de Bastidas recorrió las costas de Venezuela hasta el cabo de La Vela, límite de la provincia venezolana, navegando hacia el Oeste ( no Americano de las pelis ) y descubriendo las costas de la actual Colombia, las bahías de Santa Marta, Cartagena y Cispatá, como también la desembocadura del río Magdalena. Sin olvidarnos, que nuestro olvidado personaje fue el primero en adentrarse en el territorio hacia la Sierra Nevada de Santa Marta, atravesando el Golfo de Ueabá y descubrir las costas del istmo de Panamá junto a los puertos de Retrete y Nombre de Dios.

Tuvo Bastidas un trato amable con los indígenas, los que otros no tuvieron, acumulando bastante oro. Pero al regresar en 1501 a Santo Domingo, su nave naufragó y perdió una gran parte de las riquezas que llevaba, por lo que Francisco de Bobadilla lo llevo encadenado a Colón, siendo absuelto al llegar a España y obteniendo una pensión vitalicia sobre los productos de Urabá y Cenú. Los restos de nuestro gran personaje sevillano fueron enterrado en la Catedral de Cuba, siendo exhumados por su hijo y llevados a Santo Domingo a la Catedral de Santa María la Menor junto a su esposa e hijo, hasta ser de nuevo y definitivamente trasladado sus restos a la Catedral de la ciudad de Santa Marta, más movido nuestro personaje que una silla. Como curiosidad comentar, que el hijo de Bastidas fue el primer Obispo de Venezuela y Puerto Rico.